Luigui Vidal Rivas
04-07-2019
La comunicación es el elemento esencial de la vida y los cambios, que se vienen dando, permiten que personas mayores y personas de nivel socio-económico, llamado “bajo”, tengan acceso al internet, al universo de la información, los mayores se adaptan y se sienten motivados, al encontrar una serie de ventajas al utilizar dispositivos como tablets o smartphones, toman clases de computación, de este modo la audiencia de los medios de internet “envejece “ en promedio, las redes sociales como Facebook, especialmente, supera el promedio de 40 años y esa tendencia es irreversible, una audiencia nueva comienza a imponer sus gustos y criterios.
El abaratamiento de los costos de internet, ha permitido que las redes sociales comiencen a captar nuevos actores, que comienzan a crecer en influencia, hay un escenario nuevo para los modernos medios de comunicación virtuales.
Es el momento de llegar a un público más grande e interactivo y las estadísticas nos muestran que el tema del envejecimiento, rompe barreras generacionales.
La actualidad nos presenta cambios en los roles de las personas mayores y una visión distinta del envejecer, que ha traído por tierra términos como ancianos o viejos, dichos cambios y la información estadística nos muestra, que más del 80% de las personas mayores son autovalentes, y por tanto la imagen del adulto mayor encorvado y con bastón, no representa a la persona mayor.
Los cambios de terminología e imágenes, están plenamente justificadas, son el reflejo de una nueva realidad que se abre paso y por tanto el lenguaje gerontológico actual es el que corresponde usar así como las imágenes que superan los estereotipos habituales.
Se genera un nuevo respeto, que significa no subestimar a la persona mayor, no discriminar ni infantilizar, por el contrario admirarlos y acercarse a ellos, para obtener su vital conocimiento y jovialidad.
Por todo ello debemos cuidar el uso del lenguaje, la imagen y valorar adecuadamente la información, desde una visión gerontológica, que nos indica una visión integral de la persona mayor y el envejecimiento humano, con enfoque de derechos y al mismo tiempo, activo y saludable.
Toda persona que trabaje con personas mayores deberá tener la capacidad de empatía y asertividad, para tratar con ellos, y ellos a su vez hacerse respetar y valorar, es un cambio en las relaciones intergeneracionales, donde el curso de vida se impone y en el que todos envejecemos, siendo este envejecer, distinto, en cada persona, por lo que es hoy complicado, delimitar el concepto de vejez que hoy se nombra como adultez mayor.
Conociendo esta nueva concepción de la persona mayor, de un papel más activo en la sociedad, los promotores gerontológicos o los propios mayores, trabajando en su autopromoción, deberán saber la forma de comunicar y difusión.
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