Luigui Vidal Rivas
19-01-2020
El mundo se presenta como un gran teatro donde hay una gran diversidad de actores y es un escenario cambiante, donde hasta hace muy poco, las personas mayores casi no se las veían y siempre en papeles secundarios, a tal punto de que hablábamos de la invisibilidad del adulto mayor, para lo cual se realizaban campañas que decían “No somos invisibles” y otras patéticas donde las personas mayores pedían que no los maltraten, que los dejen hablar, etc.
Pues hay una revolución en proceso, en este teatro del mundo, voces mayores se hacen oír y aparecen con más frecuencia, vienen capturando espacios que antes le eran vedados, y adoptan la modernidad y son más contemporáneos, a pesar de los problemas de pobreza y de mala atención de salud, emergen, nos acompañan en las redes sociales de internet y participan más en actividades sociales, el poder de las personas mayores se comienza a hacer notar, expresando sus preferencias buscando información y nuevos contenidos interesantes, ven menos televisión, porque participan más en actividades, donde incluso no solo se entretienen sino que adquieren nuevos conocimientos, las nuevas campañas apuntan a expresar poder y no rogar que los respeten, están cada vez más visibles.
El envejecimiento actual, sobre el que hoy hay mucha investigación, nos muestra nuevas situaciones con informaciones diversas, demostrando que el proceso de envejecer, no significa una abrupta caída, sino un camino donde hay detenciones y crecidas, donde en algunos aspectos, más bien mejoramos notablemente, el envejecer nos presenta oportunidades, de mayores logros, aunque hay controversia sobre el momento en que se empieza a envejecer, estamos de acuerdo en que es un proceso que se inicia mucho antes de la adultez mayor, y que es durante ese proceso suele considerarse los mayores logros de una persona.
La adultez mayor, biológicamente hablando, no es posible generalizar cuando se inicia, ya que el envejecimiento es muy heterogéneo y cada quien envejece diferente, y muchas cosas que creíamos eran parte del hecho de ser mayor, son solo consecuencias de un envejecimiento previo mal llevado, de una forma de vivir que crea ciertos males o nos predispone a ellos.
Esto nos debe llevar a que las políticas públicas de los estados nacionales, debe incluir no solo la adultez mayor, sino todo el proceso de envejecer, y trabajar con las familias, las escuelas, las comunidades y diseñar políticas esencialmente preventivas, llamadas a reducir la vulnerabilidad y fomentar de manera adecuada un envejecimiento saludable y exitoso.
Con ello prevenimos evitando tantos casos de enfermedades crónicas con personas mayores más saludables, nos engañan cuando dicen que tal o cual enfermedad es producto de la “vejez”, cuando en realidad la causa está en nuestra forma de vivir.
Si queremos a personas mayores, responsables y dueños de su destino, comencemos a sembrar antes de la barrera de los 60 años, y no pensar en la inclusión social como un paquete básico de techo y comida, y algún acceso a la salud pública, hay nuevas expectativas de los mayores, ya no quieren quedarse atrás en el desarrollo, y ahora quieren aprender, informarse, hacerse dueños de la tecnología, tener más acceso a la educación y la cultura, el internet es una herramienta básica a la cual todos deben acceder, hay varios países que han dado el ejemplo, incluso entregando dispositivos a las personas mayores, a pesar de ello sigue creciendo la conectividad y cada vez hay mayores con acceso, es un proceso irreversible, el crecimiento de las personas mayores en las redes sociales de internet, es explosivo, a pesar de todo nada detiene las tendencias actuales, es el momento propicio para una gran autopromoción de la persona mayor y hoy todos debemos involucrarnos, hacer una gran alianza intergeneracional, contra la vulneración de derechos y la vulnerabilidad, ya que todos envejecemos, todos transitamos ese camino.
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