Por el Dr. Carlos Sandoval Cáceres
Hemos dicho en varias ocasiones, que el adulto mayor pertenece al grupo poblacional denominado población vulnerable, es decir un grupo de personas que debemos de cuidar y asistir, (sin llegar al paternalismo ni a la sobreprotección y decidir por ellos), mientras el adulto mayor esté lucido y en sus cabales debe de decidir por sí mismo.
Muchas veces el adulto mayor preocupado por su salud, recurre a “automedicarse”. La automedicación es la administración de medicinas que deberían ser prescritas o recetadas por un médico, sin embargo ellos lo toman de manera voluntaria y autónoma, muchas veces porque a un familiar, amigo o conocido les hizo bien.
Existe en el mercado una serie de medicinas denominadas de venta libre, que en los Estados Unidos se conocen como las medicinas OTC (del inglés Over The Counter), o sea sobre el mostrador, donde cualquier persona acude a un centro comercial en donde venden desde ropa, artículos electrodomésticos y medicinas y adquieren las medicinas que desean sin receta. También existen las llamadas “medicinas naturales” a base de hierbas, que son de venta libre, pero que en muchas situaciones, desconocemos su origen y la manera cómo son elaboradas.
El adulto mayor generalmente no presenta una sola enfermedad, generalmente tiene varias a la vez, las cuales deben de ser tratadas de manera individual, una por una, y de preferencia se recomienda que sea por el mismo médico de cabecera, como se hacía antes. Un médico de cabecera que dirija la “Batuta” y que pida de manera periódica las interconsultas y opiniones de los demás especialistas según sea el caso.
Cuando mis pacientes me preguntan si pueden tomar tal o cual medicamento, yo les pregunto, por qué razón me lo piden y la respuesta es, (aunque les pueda parecer una broma), es porque “lo toma mi amiga y a ella le cae o le asienta muy bien”.
Hay un dicho muy importante que dice que “no hay enfermedades sino enfermos”, es decir, que cada enfermo es diferente de otro, y que cada caso se debe de tratar individualmente.
De ahí que al tratar de manera individual cada enfermedad hay que tener mucho cuidado, porque en muchas ocasiones, al recetar varios medicamentos a la vez, estos pueden ocasionar las llamadas reacciones cruzadas o efectos adversos medicamentosos, causando más enfermedades o complicaciones de las mismas.
Lamentablemente en nuestro país, no existe un control serio a la hora de vender los medicamentos en las farmacias, puede acudir cualquier persona y les venden de todo, es más, en muchas ocasiones el dependiente de farmacia le receta algún medicamento solo por el síntoma que presenta sin tener en consideración, si puede sufrir de alguna alergia o tener algún padecimiento en algún órgano importante como lo es el corazón, el hígado o el riñón.
No es raro ver a un entrenador de fútbol, una voleibolista o una corredora de tabla hawaiana recetar de manera libre e indiscriminada algún antiinflamatorio o algún antigripal, sin importar si es que un adulto mayor sufre de gastritis o del riñón. El Colegio Médico del Perú nunca se ha pronunciado sobre este tipo de propaganda irresponsable, que atenta contra la salud de las personas en particular de los adultos mayores.
Es muy peligroso automedicarse, y más aún si se trata de un adulto mayor, que como he mencionado puede presentar varias enfermedades a la vez y suele tomar varias medicinas para cada enfermedad. El tomar muchas medicinas puede hacer que se potencie el efecto tóxico de las mismas o las reacciones adversas, es decir, que si un medicamento puede disminuir el número de plaquetas, al potenciar su efecto, el enfermo puede sangrar, o si un medicamento podría ocasionar somnolencia, al asociarlo a otros podría ocasionar un coma. Los ejemplos son múltiples y variados.
Cuando realizo una visita al domicilio de mis pacientes, suelo revisar todos los medicamentos que toma mi paciente, desde el primero que toma por la mañana hasta el último que toma al acostarse, tanto los indicados por médicos, los recomendados por amigos y los comprados de manera libre y sin receta, y veo que a veces los pacientes toman remedios que no les sirven y en otros casos que podrían ser tóxicos para ellos, es muy importante separar los medicamentos que se toman de los que ya no se toman, para no confundirse.
La salud es un bien que todos debemos de cuidar y más aún si se trata el caso de un adulto mayor. A veces “El remedio es peor que la enfermedad” y con mayor razón si es que es automedicado.
Ahora los dejo, voy a tomar mi medicina para el resfrío que estoy padeciendo desde hace unos días debido a este frío intenso y que me la recetó mi médico. Hasta pronto.
Fuente:Diario Uno
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