CENTRAL INFORMATIVA DEL ADULTO MAYOR

lunes, 19 de marzo de 2018

La cirugía plástica y los adultos mayores

Dr. Carlos Sandoval Cáceres
Todos sabemos que vivimos un cambio demográfico a nivel mundial, pues la esperanza de vida al nacer se ha prolongado y la tasa de natalidad ha disminuido, por lo tanto hoy en día se vive más y se nace menos. De manera que cada día hay más adultos mayores mientras que el número de niños va disminuyendo de manera dramática.
Hace unos años era un criterio de exclusión para ciertas intervenciones quirúrgicas el solo hecho de la edad avanzada, de manera que si la persona superaba los setenta años, simplemente no se le operaba o no se le ingresaba a una sala de Cuidados Intensivos. Hoy en la actualidad, las salas de cirugías y de cuidados intensivos están abarrotadas de adultos mayores.
Y dentro de las operaciones, lo que hace algunos años era impensable en adultos mayores, se encuentra la cirugía estética, que hoy es una práctica muy habitual, sobre todo en países desarrollados.
Generalmente cuando se habla de cirugía plástica pensamos que es para aumentar el busto, reducir la papada, ampliar los ojos, etc, uno inmediatamente piensa que la paciente que se va a operar, será una mujer joven y atractiva, es más, uno se imagina una modelo.
Siempre he pensado que la mujer es y debe de ser siempre coqueta y femenina hasta el último día de su vida. Recuerdo hace muchos años, a una paciente que la iban a trasladar a la emergencia de la clínica por un sangrado y de repente hizo parar la ambulancia porque se había olvidado de llevar su cartera (que por cierto estaba vacía).
Es común ir a una peluquería o centro de belleza o spa, y ver a mujeres (también hombres) de todas las edades, desde adolescentes, jóvenes, adultos y hasta personas adultas mayores que van a realizarse todo tipo de actividades de belleza como la pedicure (tratamiento de los pies), manicure (de las manos), tintes de cabello de todo tipo y colores, aplicación de sustancias rejuvenecedoras, masajes con barro, con chocolate, etc.
Hace algunos años, Leticia, mi paciente de 86 años, me pidió que convenciera a sus hijas para que la dejaran operarse de los ojos, según ella se le había caído el párpado y deseaba que la operaran pues ya no se sentía bien, las hijas muy tradicionales se oponían a la operación, no solo por el riesgo de la cirugía como tal, sino que ya no consideraban oportuno de que Leticia se operara, ya que esas cirugías eran para gente joven.
Yo les hablé a las hijas de Leticia y les dije que la única razón para no operar a su madre es que no pudiera pasar los riesgos quirúrgicos, es decir de que esté mal del corazón. Les expliqué que no había nada de malo en operarse y que incluso la operación la iba a ayudar en su manera de actuar diario y le iba a elevar su autoestima.
Considero que toda persona tiene derecho a verse bien y a sentirse bien, es un derecho para todos.
En la actualidad no es ninguna novedad, ver personas de más de 80 años conduciendo automóviles, trabajando de manera activa, incluso abordando nuevos proyectos. No está mal quitarse las pecas que aparecen en las manos (lentigo senil) producto del envejecimiento, no está mal teñirse el cabello, y realizarse cualquier operación de cirugía plástica, mientras esté bien hecha.
He visto extremos de personas que se han sometido a la cirugía plástica con el fin de no envejecer llegando a grados de desfigurarse el rostro, personas que les ha quedado la cara como si estuvieran permanentemente riendo de lo estirada que le han dejado la piel. Esas operaciones finalmente terminan en el ridículo, y en vez de verse atractiva la persona, producto de la cirugía caen en la desfachatez. Como el famoso caso de una aristócrata española, la Duquesa de Alba, famosa por tener el record mundial de títulos nobiliarios, quien luego de varias sesiones de cirugía plástica y a pesar de haber sido una hermosa mujer en su juventud, desfiguró su rostro de tantas cirugías plásticas. Ese caso no es el primero ni el último de la lista.
Como el ser humano es muy complejo e inconforme, casi nunca se queda satisfecho con lo que es y con lo que tiene y siempre espera más y no se contenta.
La cirugía plástica es una opción para sentirnos bien, y mejorar nuestra imagen, sentir la sensación de vernos más jóvenes, pero recordemos que eso es solo la imagen y la apariencia exterior. De qué nos vale tener operada la nariz, los senos y los ojos, si nuestro hígado, riñones y corazón están funcionando mal. No olvidemos que los chequeos médicos son muy importantes para nuestra salud y que debemos hacerlo siempre de manera periódica. Finalmente nos preocupemos de más en nuestra apariencia externa, no olvidemos de que somos alma, cuerpo y espíritu y que debemos de tener un equilibrio en el cuidado de estos tres elementos.
Ahora me dan un permiso, voy a ir a spa a hacerme la pedicure.
Fuente:Diario Uno

No hay comentarios:

Publicar un comentario