07-05-2018
Una razón importante del lento avance en el desarrollo de las políticas públicas, leyes y más importante aún en el cambio de mentalidad, la imagen ciudadana del envejecimiento y adulto mayor, es la falta de comunicación con la gente de los que se presentan como especialistas o que pretenden representar los intereses de las personas adultas mayores.
Si se pasan mirándose las caras por años con sus experiencias y conocimientos, sin contacto real con la gente, sin comunicar ni comunicarse con ellos, creyendo que sus círculos de envejecimiento van a lograr cambios profundos, valiéndose solo de sus conocimientos académicos, sin perfiles comunicadores, trabajando casi en la sombra.
Los cambios en la sociedad se dan cuando los actores sociales participan de las propuestas, las escuchan, aceptan y apoyan y mejor aun cuando los propios adultos mayores tienen sus propuestas, se requiere una comunicación permanente, y aquí se necesitan líderes, gente con capacidad de convocatoria y que sintonicen con las necesidades de la gente, comprometidos no en practicar los discursos, para lucirse en su “club del envejecimiento “sino en articular propuestas y proyectos viables, en permanente comunicación con todos los sujetos envejecientes intergeneracionales, interactuando no con cúpulas no representativas, sino visitando y conociendo la realidad, pisando el terreno que ellos pisan.
Se necesita abrir los círculos e integrar a nuevos líderes y actores sociales, no son tan pocos los interesados, se requiere una mayor convocatoria y ya dejar de lado los celos protagónicos y la vanidad intelectual, un elitismo que frena el desarrollo.
Por qué no hablan de sus ideas, abiertamente para producir diálogo masivo, debate, porque esa vanidad de creerse, casi héroes.
Yo creo que una nueva generación de líderes se está forjando y su voz será escuchada y muy fuerte, con mesas de trabajo gerontológicas interdisciplinarias, en perfecta sintonía con la población adulta mayor y sobre todo con perfil comunicador,sin secretismos y con verdad.
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