Luigui Vidal Rivas
23-12-2019
Ante la complejidad de lo que suele llamarse envejecimiento y la dificultad de aceptar ese término, para aquellos que siguen creciendo y desarrollándose, como si de jóvenes se tratará, nos pone ante un dilema, la herencia cultural asocia envejecimiento con pérdida de facultades, de funcionalidad y la aparición de ciertos problemas de salud, menor fuerza y vigor físico, e incluso con problemas sexuales, al hablar de envejecer hablan de caída.
La ciencia establece que el envejecimiento se inicia hacia los 30 años y es cierto que muchos decaen poco a poco al llegar a esa edad, pero ese decaimiento, no está asociado necesariamente con el hecho de envejecer, sino el estilo de vida que lleva la persona y la base de actividad física e intelectual, que viene desde la niñez, adolescencia y escolaridad, ese envejecer decadente, sería consecuencia no de la edad, sino de sus costumbres, que muchas veces vienen con falta de hábitos saludables, mala alimentación, falta de actividad física y algunos vicios.
Si bien el deporte nos marca ciertos límites, en el aspecto competitivo, también es cierto que hay otras actividades físicas como el baile, las caminatas, ejercitarse en gimnasio, trotar, que conservan la condición cardiovascular y la fuerza, hasta edades sorprendentes.
El crecimiento intelectual y creativo, parece ilimitado, a menos que la salud se quebrante, la habilidad para la danza y la creatividad es un factor de crecimiento, el mantenerse socialmente comunicado, leyendo, escribiendo, no te envejece, de hecho muchas veces produce un redimensionamiento de dichas facultades, que más bien, parecen frenar el envejecimiento, hay personas que alcanzan a realizar hazañas que no pudieron hacer en su juventud y redescubren facultades y habilidades, que no sabían que poseían, parece increíble, son como rejuvenecimientos, la condición de salud puede mejorar, al aprovechar sus conocimientos y experiencia, pero sobre todo por el determinante de su edad biológica.
Estos hechos comprobados, que contradicen viejos conceptos, nos ponen ante el dilema, de si debemos darle fecha de expiración al término envejecimiento o tal vez redefinirlo, es un asunto a considerar, las palabras son importantes, inducen, motivan o desmotivan, decirle a alguien que está creciendo y fortaleciéndose, que está envejeciendo, suena extraño.
Muy pronto estaremos debatiendo la idoneidad de los términos,como envejecer que con los cambios de la sociedad y las nuevas realidades.
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