Luigui Vidal Rivas
Los últimos años van transformando nuestra visión del papel de las personas mayores y nuestra visión gerontológica, nos hace ver un nuevo escenario, una realidad nueva, que parecen no vislumbrar muchos de los llamados representantes o referentes.
Si bien persisten muchos problemas estructurales de nuestra sociedad, hay avances acompañados de retrocesos, al producirse cambios en personal capacitado por otro improvisado por motivaciones políticas, como en los municipios, con los cambios de alcaldes.
Es preocupante la lenta evolución de las políticas públicas, que solo se ocupan de personas mayores, cuando no hay una mirada gerontológica, esencialmente preventiva, que incluya el proceso de envejecimiento y que por tanto no se convoca a los envejecientes menores de 60 años.
La atención centrada en la persona, muy importante no contradice el hecho de que no se enfoque el curso de vida o el proceso de envejecer de la sociedad, incluyendo a los envejecientes en las políticas públicas.
Es más necesario fortalecer a los ciudadanos envejecientes y tendremos menos población vulnerable, fomentar la inclusión a todo nivel y dejaremos de ganar réditos políticos para ayudar a los vulnerables.
Hoy las personas mayores poco a poco, van adoptando la tecnología moderna y ya son mucho más visibles y al mismo tiempo nos ven a nosotros, ellos ya eligen lo que les interesa, o lo que les gusta, y es algo que debe ser promovido y alentado, las políticas públicas deben fomentar el derecho a la información y a las tecnologías que lo permiten.
Es necesario un desarrollo pleno de la gerontología, para que aporte fundamentalmente en un desarrollo saludable, en el proceso de envejecer, la gerontología debe estar presente en la educación, en las campañas, en fomentar el autocuidado, incluyendo el respeto a los derechos, superando vicios legalistas y asistencialistas.
Faltan profesionales que se ocupen de ello, y hay mucha necesidad para enfrentar adecuadamente el envejecimiento poblacional, se necesita la visión holística de la gerontología y la formación de gerontólogos y su inclusión en el campo laboral, que no amenazan a ninguna otra carrera, muchas carreras hoy aceptadas, fueron resistidas, pero al final se comprobó su necesidad, muchas veces la tendencia a segmentar en exceso los conocimientos, una tendencia a la especialización a veces excesiva, perjudica la visión gerontológica con miradas fragmentadas, que no nos permite avanzar de la manera más adecuada.
Tener visión gerontológica, es un imperativo de hoy, una necesidad de todos, de todos los ciudadanos conscientes, para que no haya más improvisación y tratos inadecuados a las personas mayores y no solo ellos deben estar en nuestra visión, todos los que transitan el camino del envejecer y que lleguen a ser personas mayores, sin tanta vulnerabilidad, y que el estado deje solo de reaccionar y sin prevenir, y que se incluyan en sus políticas públicas, el acceso a la información y a la tecnología, que ayuda al empoderamiento de todos los envejecientes.
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