La Comunicación Gerontológica 4
Luigui Vidal Rivas
11-12-2016
Si queremos avanzar más rápido en la promoción del adulto mayor, el envejecimiento positivo y la cultura gerontológica, es necesario no descuidar el lenguaje asertivo, es decir honesto, directo y claro, además de respetuoso y adecuado, decir lo que se piensa y siente, para impactar conciencias y romper tal vez un frío academicismo estéril.
Siempre al desarrollo de las sociedades las acompaña una cierta inercia, que frena y apaga el entusiasmo, el lenguaje asertivo es el lenguaje del liderazgo, inteligente y emotivo a la vez y que por tanto es nuestra arma contra la frialdad del academicismo estéril.
Saber expresar algo correcta y apasionadamente a la vez debe ser el arma del líder promotor gerontológico, para influir, convenciendo, utilizando lo que suele llamarse inteligencia emocional.
El verdadero compromiso es racional y emocional a la vez, permite analizar al receptor del mensaje, convence, no impone ni amenaza, por eso si uno tiene visión gerontológica y compromiso real este es su lenguaje, y que además deja de lado términos inadecuados o desfasados, para nombrar a las personas mayores y expresar el respeto nuevo de una nueva visión del envejecimiento.
Y el mal uso de un lenguaje gerontológico inadecuado, ante las personas mayores y la comunidad es un error gravitante en el promotor gerontológico, unido a mal humor y gestos autoritarios, la falta de compromiso genera multitud de errores que traen por lógica malos resultados.
Luigui Vidal Rivas
11-12-2016
Si queremos avanzar más rápido en la promoción del adulto mayor, el envejecimiento positivo y la cultura gerontológica, es necesario no descuidar el lenguaje asertivo, es decir honesto, directo y claro, además de respetuoso y adecuado, decir lo que se piensa y siente, para impactar conciencias y romper tal vez un frío academicismo estéril.
Siempre al desarrollo de las sociedades las acompaña una cierta inercia, que frena y apaga el entusiasmo, el lenguaje asertivo es el lenguaje del liderazgo, inteligente y emotivo a la vez y que por tanto es nuestra arma contra la frialdad del academicismo estéril.
Saber expresar algo correcta y apasionadamente a la vez debe ser el arma del líder promotor gerontológico, para influir, convenciendo, utilizando lo que suele llamarse inteligencia emocional.
El verdadero compromiso es racional y emocional a la vez, permite analizar al receptor del mensaje, convence, no impone ni amenaza, por eso si uno tiene visión gerontológica y compromiso real este es su lenguaje, y que además deja de lado términos inadecuados o desfasados, para nombrar a las personas mayores y expresar el respeto nuevo de una nueva visión del envejecimiento.
Y el mal uso de un lenguaje gerontológico inadecuado, ante las personas mayores y la comunidad es un error gravitante en el promotor gerontológico, unido a mal humor y gestos autoritarios, la falta de compromiso genera multitud de errores que traen por lógica malos resultados.
(Continuará)
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